1.25.2009

Mi Fotógrafo y Coit Tower


Ayer caminé desde el Pier 39 hasta las escaleras de Telegraph Hill.
Por qué? Pues para subir la colinita-montañita cosa que lleva hasta el tope de Telegraph Hill
para llegar a Coit Tower.
Fue toda una odisea subir, el abrigo no lo hacía más fácil ni mis constantes ataques de tos ni mi dolor de oído ni mi falta de condición física; pero subí.
De allá arriba hay una vista wow de la ciudad, del Golden Gate y el Bay Bridge, del edificio ese que siempre cuento la historia de su elevador, de Lombard St....es lo mejor estar allá.
Tengo una pequeña obsesión con las nubes y ayer estaban lindísimas.
Está de más decir que tengo muchas fotografías de nubes sanfranciscanas.
Pero lo que siempre recordaré de mi primera vez en Coit Tower es al fotógrafo.
Me cautivó, me enamoré.
Fue un destello de esa idea en mi cabeza.
Lo chistoso es que quedé capturada en una de sus fotografías,
aunque supongo que seré borrada pero que mas da.
Él no quedó en mis fotografías,
duró muy poco en ese momento,
de repente se me perdió...
Por un momento me hizo recordar a Rita, la de la Borra del Café de Benedetti;
pero incluso ella dejó más rastro.
Fotógrafo...

1.23.2009

Duda II

qué pasaría si te digo que tu voz llevada a mí por aquella llamada es la razón de mi sonrisa?
mejor, qué pasaría si te digo que tú eres la razón de mi sonrisa?

1.20.2009

Casa

Anoché regresé a mi casa, mi pequeño estudio de este lado de la bahía.
No estaba triste en el aeropuerto, aunque mi padre sí.
Me hace feliz estar acá otra vez.
Este mes en Tijuana tuvo cosas buenas, claro, divertidas, chistosas, tristes y decepcionantes;
fue un buen mes, un mes necesario.
Es sólo que el estar acá me causa algo, me aleja de los dramas y de las cosas con las cuales ya
no quiero lidiar, nunca.

Llego y tengo una multa de 50 dólares por no haber movido mi carro en más de 72 horas...
Yo no sabía que tal reglamento existía.
Y luego lo veo a él, ya que tiene mis llaves, y siento como las cosas no están tan mal.
Me vé, sonríe, sonreimos, deja su trabajo a un lado y me abraza.
Me abraza y lo abrazo.
Y se invita solo a la mesa que comparto con mi sobrina y se hace conocer.

Ya estoy en casa.
Ya estoy en calma.
Ya quiero un lunes de aquellos otra vez...

1.03.2009

Amortiguadores

Un amortiguador es alguien que no te deja sentir tanto la caída.

La primer pregunta que podría surgir es: cuál caída? Cualquiera, básicamente. Aunque creo que suele darse más, quizás únicamente, cuando se trata de caídas amorosas. No solamente después de un rompimiento, aunque es cuando sería de mayor utilidad.

La teoría es bastante similar a un amortiguador de carro. Te levanta cuando caes, permite que no se sienta completamente la caída, y está ahí el resto del tiempo. Tal amortiguador puede ser buscado después de la caída, pero ahí ya no estaría cumpliendo toda su función. Debe ser alguien que ya se haya infiltrado.

Suena bien, no?

Pero a mí no me gustan las caídas suaves. Me gusta sentir el fondo. Es parte de mi constante masoquismo emocional

Por otro lado, un amortiguador nunca está de más. Omito comentarios sobre mi posesión o falta de uno.

PS- al escribir amortiguador por primera vez en este escrito, me dí cuenta del amor que hay en él. Por algo son útiles en las caídas amorosas.